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Rosquitas esponjosas rápidas y deliciosas

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Las rosquitas son un clásico en todo el mundo. En cada país optaron por adaptarla a sus necesidades, pero siempre cumplió la misma función: ser un buen acompañante de desayunos y meriendas.

En este articulo te traemos una de las tantas recetas tradicionales que tiene las rosquitas. No se sabe bien donde se hicieron así por primera vez, lo que si te aseguro es que no te pueden fallar de ninguna forma.

Incluso muchos tienen su propia forma de hacerla y con diferentes trucos. Te recomiendo que hagas esta receta varias veces para poder moldearla a tu gusto y disfrutar de unas rosquitas perfectas para vos.

Para estas rosquitas, vas a necesitar:

Ingredientes

500 ml. de Leche Entera

125 gr. de Manteca (derretida)

2 Huevos

3 cdas. de Azúcar

1 cdita. de Sal

125 ml. de Agua (caliente)

1 kg. de Harina 000 (aproximadamente)

11 gr. de Levadura en Polvo (o seca)

1 cdita. de Esencia de Vainilla

30 gr. de Azúcar Impalpable

Aceite para freír c/n (mas o menos se calcula unos 800 ml.)

Preparación

Para empezar, en un bol volcamos la leche caliente y agregamos la levadura. Revolvemos bien hasta que se haya disuelto bien la levadura.

Luego agregamos el azúcar y mezclamos por un rato mas. Cuando el el azúcar este bien disuelto en el liquido, tapamos el bol y lo dejamos reposar por 10 a 15 minutos.

Pasado el tiempo agregamos los huevos, la manteca derretida, la esencia de vainilla, el azúcar impalpable y la sal. Revolvemos hasta tener un liquido homogéneo.

Ahora agarramos la harina y la vamos a espolvorear poco a poco, mientras revolvemos hasta cuando veas que cada vez cuesta mas revolver y que se este formando una masa.

Con nuestra manos, unimos todos los ingredientes hasta tener una masa con una consistencia media. Si notas que esta muy liquida o se te pega mucho a las manos, agregas un poco mas de harina.

La idea es no amasarla mucho, con tan solo este bien lisa y homogénea es suficiente. Volvemos a dejar la masa en el bol y lo tapamos bien, dejamos que repose por al menos unas 2 horas.

Pasado el tiempo, ponemos la masa descansada en la mesada y formamos un bollo. A ese bollo lo dividimos en 2, una de esas mitades la dejamos en el bol bien tapado hasta que terminemos con la otra.

Con la parte que dejamos para trabajar, tenemos que estirarlo bien con ayuda de un palo de amasar. Mas o menos tenés que estirar hasta tener un grosor de 1 cm. aproximadamente.

Para darle la forma perfecta, necesitaremos un vaso y una tapa de botella. Primero cortamos la masa con el borde del vaso, y para agujerear el centro utilizaremos la tapita.

Repetimos este procedimiento hasta terminar con toda la masa. Las rosquitas tienen que ir en una placa para que puedan descansar por al menos unos 20 a 30 minutos.

Toda la masa sobrante que te quedo, podes ir uniéndolo y formar un bollo. Lo dejamos reposar por 1 hora para que se pueda trabajar con el nuevamente.

Una vez que tengas las rosquitas descansadas, las dejamos a mano. Mientras en una sartén grande o una olla, ponemos el aceite para freír.

Lo mandamos a un fuego medio y dejamos que se caliente bien. Una vez que llegue a la temperatura deseada, ponemos a freír todas las rosquitas.

No hay un tiempo preciso de cocción, lo único que te vas a fijar es en que se dore de un lado y darle la vuelta. Cuando se dore del lado que le hacia falta, la retiramos.

Es esencial tener un bol con bastante papel de cocina, para que seque todo el aceite excedente de las rosquitas. Ahora solo freís hasta acabar con todas las rosquitas crudas.

Y listo, ya tenés unas ricas rosquitas perfectas para disfrutar con unos buenos mates. Para aumentar el sabor, podes untarle lo que quieras, ya sea dulce de leche, mermelada, crema pastelera, etc.

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